EL AUTORITARISMO, LA MIGRACIÓN Y FRANZ FANON
La batalla cultural en forma cavernaria, simple y repleta de slogans vacíos de racionalidad, pero dirigidos a las emociones es la característica principal del fascismo y el autoritarismo que se aproxima. El fascismo extiende por la red consignas que enfrentan el penúltimo contra el último, el trabajador explotado contra el migrante precarizado. La izquierda atomizada por los egos y lobotomizada por la agenda del fascismo sigue en sus abstracciones estratégico-tácticas que encubren personalismos y partidismos sin crítica. La revolución necesaria silente, la involución activa; y es momento de organizarse y organizar para anticiparnos y revertir la tendencia autoritaria y guerrerista.
La ONU murió sin entierro desde los vetos del imperialismo que refrenaban cualquier resolución. La UE no es una Europa social, es la Europa de las armas dependiente de la OTAN y de la dictocracia de los EEUU. La OTAN sirve para provocar guerras en África y seguir robando sus recursos que mantienen los privilegios de los europeos. Los “valores de occidente” se diluyeron con la desaparición del contrapoder de la URSS; desde entonces, el capitalismo no necesita disimular su crueldad. Esos “valores occidentales” y sus medios de comunicación han tardado año y medio en poner nombre al GENOCIDIO diariamente televisado de Gaza; a la vez que su policía detiene y maltrata a personas con camisetas que lo denuncian. Esa policía que ve la televisión y es testigo diario del genocidio de Gaza, actúa a las órdenes de poderes sociópatas; no son fuerzas del orden, sin eufemismos, son cuerpos represivos al servicio del capital, no nos olvidemos del término porque las palabras guardan un significado histórico.
La migración está unida a la contradicción norte sur y lo que está ocurriendo en el Sahel africano nos ayuda a entenderlo. Con todo el respeto y reconociendo su buena intención, Rufián se equivocó al tomar prestado un discurso que no era suyo. Cuando unimos el miedo o la delincuencia a la migración a través de la articulación de significados reactivamos un relato que normaliza los prejuicios. Seleccionamos determinados hechos con una narrativa aparentemente de sentido común, para posteriormente amplificar casos aislados que refuerzan el prejuicio con la ayuda de los sicarios de la comunicación. Si aceptamos el marco discursivo del fascista perdemos el debate; asumiendo el debate de la inseguridad con una mirada fascista, desde el orden, la solución a la delincuencia será mayor control social, más policía y menos derechos. Esto además sirve para invisibilizar los datos reales que generan inseguridad como es la precariedad, la inaccesibilidad de la vivienda, la necesidad de una respuesta urgente a la crisis climática, la mentalidad de guerra y el autoritarismo que nos invade. Siempre ha habido “otros”, en el hambre del franquismo que expulsaba de sus tierras a la industria de Cataluña o del País Vasco; entonces también se articulaban significados uniendo el miedo a los “otros “, y ellos, acabaron siendo nosotros.
Es importante que desde la izquierda se arme un discurso propio y para ello una buena fuente es el psiquiatra y filosofo Franz Fanon que aborda la descolonización, y en su libro “Condenados de la tierra” desglosa el pensamiento y sociología del colonizador y el colonizado. En sus aportaciones va más allá de lo evidente. Empecemos a hablar de valores universales, no de “valores occidentales”, y llevemos todos ellos a la escuela, pero sin hipocresía. Hablemos de la migración, pero encuadrada en el latrocinio del norte sobre el sur, hablemos del sentido de la OTAN, no para defendernos, sino para seguir robando en los países africanos.
Este psiquiatra decía, “la iglesia en las colonias es una iglesia de blancos. No llama al hombre colonizado al camino de dios sino al camino del blanco, del amo, del opresor. A veces ese maniqueísmo llega a los extremos de su lógica y deshumaniza al colonizado. Propiamente hablando lo animaliza. Cuando el colonizado comienza a presionar, a inquietar al colono, se le envían almas buenas que, en los “Congresos de Cultura” le exponen las calidades específicas, las riquezas de los valores occidentales; y esto produce en el colonizado una especie de tetania muscular, saca su machete o al menos se asegura de que esté al alcance de su mano”. Gaza es el ejemplo actual.
El libro de Franz Fanon “condenados de la tierra”, se debería leer en todos los institutos, de forma colectiva, no como se rezaba en el franquismo para adoctrinarnos, sino para comentar y debatir sus textos e integrarlos con las diferentes aportaciones de los alumnos; compartiendo la mirada de los colonos europeos y de los colonizados del sur. Esa práctica inocularía nuestras neuronas con anticuerpos de cultura contra el racismo.
Iñaki Barrutia Arregi